Carta
Vivo, latente, vibrante, de pronto desconcertante: así es el arte. Otras veces representa un gran enfrentamiento con la realidad. Y aún cuando parece cosa del pasado, se cuela entre nuestras fibras, nos seduce; lo rechazamos cuando nos choca o lo deseamos como un placer que incluso puede formar parte de nuestro entorno. No en vano existen artistas que activan nuestro sistema de conciencia utilizando el artivismo para despertarnos ante temas como la desigualdad de género, la conservación del ambiente o las posibilidades infinitas para evitar el desperdicio y matar, de una vez por todas, al hambre. Hay ocasiones en las que el arte se revitaliza a través de la ciencia y la tecnología. Así, encuentra figuras poéticas a manera de metáforas —abstractas o concretas—, para robustecer nuestra sensibilidad e intentar hacernos…